El desastre humano llamado Amy Winehouse ha tenido una epifania y ha declarado "Esto no es vida. Soy un desastre. Mírenme."
La cantante llegó a esta dolorosa y desgarradora, aunque obvia, conclusión durante su más reciente presentación en un evente humanitario en Londres donde fue a cantar junto a su ahijada de 12 años, Dionne Bromfield.
"Cuando veo a Dionne, me recuerdo de mí misma", dijo la cantante, "Yo solía ser esta niña que le gustaba Celine Dion y cantar, esta hermosa chica con dulces sueños inocentes". Pero, "Miren donde estoy ahora. Miren lo que le pasó a mis sueños", suspiró la Amy, "No puedo creer lo que me ha sucedido. Estoy muy triste".
Esperamos que no solo haya sido un momento de claridad dentro de su borrachera interminable y que busque ayuda definitiva o que alguien se apiede de ella (tipo el papá de Britney Spears) y le de rienda a su vida antes de que acabe en tragedia.
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